El Provocador

Conocer a Juan no es conocer a alguien más. A todos los que lo conocimos nos aconteció algo parecido. Juan se adhiere a las personas, pasa a ser parte de la propia vida. No importa cuán lejos esté, en algún momento volveremos a verlo. Por esa necesidad de ir, por esa mágica posibilidad que tiene de aparecer en tu vida, por encontrarte con alguien que lo vio y cuenta, porque su leyenda crece día a día, porque sus discípulos propagan su obra.

Juan es ante todo director de teatro y actor. Quienes lo conocimos, siendo muy jóvenes, durante la dictadura en Buenos Aires, encontramos un faro en la noche autoritaria. Fue lo que nos permitió resistir y sobrevivir en esos años de plomo.

Su vida es un montaje teatral permanente y la montaña es la expresión más sistematizada: una pieza teatral en la que transcurre la vida misma.

Juan es quién provoca las acciones. Juan es El provocador.

La historia de Juan, la historia de La Montaña, une la clandestinidad, la cárcel y el exilio con el teatro, la magia, la solidaridad social y lo imprevisible.

Juan Uviedo nace no se sabe cuándo y se supone que en Santo Tomé, Santa Fe, Argentina. Hoy lleva 25 años viviendo en Sao Tomé Das Letras, Minas Gerais, Brasil, sin documentos.

Fue actor, trabajó con Nuria Espert, Fernando Rey, Ruth Escobar, Alberto Ure, Hermeto Pascoal entre tantos.

Fue profesor de la Escuela de Artes Escénicas de Moscú. Fue director de la Escuela de Arte Dramático de Santa Fe, Argentina. Protagonizó memorables debates teóricos y estéticos con Peter Brook, Jerzy Grotowski y Tadeus Kantor.

Fue sobre todo director de teatro, y como tal trabajó en España, Portugal, EE.UU., México, Guatemala. Su idea de montaje teatral como unicidad irrepetible, por sobre el de puesta en escena del teatro tradicional, generó realizaciones con mucha gente trabajando y espectadores que voluntariamente o no se involucran con el hecho teatral.

Fundó el TiT, Taller de Investigaciones Teatrales en 1976 en Buenos Aires. De ahí surgen varios protagonistas de este filme.

Un grupo de militantes muy jóvenes, recién pasados a la clandestinidad, encuentran en el TiT el espacio para expresar su rebeldía y mantener su actitud militante. El Taller es la puerta de entrada al arte. Allí estudiaban teatro en profundidad, trabajaban casi todos los días.

Realizaban montajes teatrales hablando de la represión, de dictadura. Eran desalojados por los dueños de los teatros que no querían problemas con el feroz gobierno de Videla.

Peregrinaban de teatro en teatro, pasando por centros culturales y barriales generando escándalos. Y al mismo tiempo realizaban trabajo político, que consistía en organizar a otros jóvenes contra la dictadura militar.

Se creó así un horizonte que parecía cercenado por el terror y un espacio para rescatar la vida y la camadería en medio de la persecución y la muerte.

En 1977, Juan es detenido en Buenos Aires y alojado en el penal de Las Flores en Santa Fe por una causa armada por un coronel que tenía viejas cuentas con él.

Cuando consigue salir, huye del país y trabaja un tiempo en Sao Paulo hasta que se traslada a Sao Thomé.

Allí funda la Asociación “Viva Crianza” que tiene como meta criar y educar a niños (crianzas) que no tienen otra perspectiva en las condiciones sociales existentes.

Juan pagano, brujo, mago, es un espectáculo especial. Su voz, su cuerpo expresan la humanidad de un gran actor. Para Juan el teatro es mentira y actuar es mentir.

La historia de Juan es subversiva en los ‘70, ocultada en los ‘80, marginal siempre. Hoy se erige como mágica, solidaria y poderosa, y ha llegado la hora de contarla.