Dorso

jueves, 30 de junio de 2011

Las tres muertes de Salvador Allende.Según el tiempo.

38 años después, sólo una de las tres versiones sobre la muerte del líder chileno será verdadera.

"Estas son mis últimas palabras y, tengo la certeza, de que mi sacrificio no será en vano, de que por lo menos será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición."Así remató el presidente Salvador Allende su último discurso, la mañana del 11 de septiembre de 1973.
Encerrado en su oficina del Palacio de la Moneda, el mandatario socialista emitía indignado y convencido de que, por voluntad suya o de los golpistas, era ese el día de su muerte. Horas después el militar Augusto Pinochet completó el golpe y dio inicio a 17 años de dictadura en Chile.
Lo que sucedió con Allende durante el asedio originó múltiples teorías sobre su muerte. En todo caso, la versión aceptada -incluso por su familia- cuenta que, antes de ser sometido por los militares, el presidente se disparó con un fusil AK-47, obsequio de Fidel Castro.
38 años después, inconsistencias entre la autopsia ordenada por el régimen militar y el peritaje de la policía, el mismo día de la muerte, obligaron al juez Mario Carroza, de la Corte de Apelaciones de Santiago, a ordenar la exhumación del cuerpo de Allende el pasado mes de abril.
Según el plazo entregado por el Servicio Médico Legal, la Policía de Investigaciones y el equipo de forenses y antropólogos, en menos de dos meses se conocerá el dictamen definitivo, y con él, una de las tres teorías (suicidio, suicidio asistido o asesinato) que se tejieron alrededor de la muerte de Allende, resultará cierta:
El suicidio con el fusil de Fidel Castro
La congresista Isabel Allende, hija del desaparecido presidente, ha declarado en varias ocasiones que creyó durante 17 años en la versión del asesinato de su padre -influenciada entre otras cosas por declaraciones de Fidel Castro- hasta 1990, cuando se reunió con Patricio Gijón, médico personal del líder, quien le aseguró ver a Allende dispararse en el Palacio de la Moneda.
Hasta hoy la versión aceptada por la familia Allende es el suicidio, aunque se mantiene prudente y sigue de cerca la nueva investigación. "Dado que confiamos en la institucionalidad chilena, en sus pericias y en los resultados que se entregarán tras una exhaustiva investigación, como familia volveremos a referirnos al tema una vez que finalice el proceso exhumatorio en curso", anunció Isabel. 
El suicidio asistido por un guardaespaldas
Pocos días después de la exhumación, Camilo Taufic, periodista y escritor que ha estudiado durante años la muerte de Allende, dijo en declaraciones al diario El Mercurio que el ex presidente murió tras de recibir un tiro de gracia por parte de Enrique Huerta, su propio guardaespaldas. Según Taufic, Allende "se apuntó en el ojo y quedó vivo" y Huerta, en un acto de profunda lealtad, le disparó de nuevo.
El escritor insiste en que la versión del suicidio con la metralleta de Castro, entre otros detalles, es producto de una conspiración entre los médicos de Allende y el general Javier Palacios, para hacer más honrosa y heroica la inevitable caída del ex presidente, ese día en el Palacio.
Si bien la teoría de Taufic no parece del todo descabellada, pues Salvador Allende en más de una ocasión se preocupó por que sus hombres de confianza contemplaran un suicidio asistido, el final -menos digno- que habría tenido el ex presidente es percibido por las autoridades de investigación de la época como una estrategia comercial del escritor, que no pasa de ser una ingeniosa maniobra "para que la gente compre los libros".
El ex detective Juan Seoane, miembro de la Policía de Investigaciones en 1973, explicó que "no hay ninguna posibilidad de que Huerta haya asesinado al Presidente", y que por el número de personas que se encontraban junto con él "es imposible que haya ocurrido" un suicidio asistido. 
El segundo disparo que supondría un asesinato
Cuando los detalles de probatorio aún no se conocían, el canal de televisión estatal, TVN, también se aventuró, una semana después de la exhumación, a refutar cualquier versión de un suicidio. Para ello presentó como inédito un compendio de documentos sobre el crimen, recogidos en 1973, donde se relacionaban testimonios de nuevos testigos y más pruebas sobre el caso.
El programa entregó el expediente al prestigioso tanatólogo Hugo Rodríguez, líder del equipo de forenses del caso y creador del método de 'autopsia histórica', quien basado en ese proceso, afirmó que "necesariamente existió otro proyectil y que, además, fue disparado antes del que provocó la explosión".
Cuando la declaración de Rodríguez y las pruebas que habría recopilado TVN suponían un definitivo vuelco en la investigación, Isabel Allende, hija del ex presidente, se refirió públicamente a la emisión del canal público como "un acto completamente irresponsable y poco prudente", además advirtió que se presentaron en ella "características muy espectaculares basándose en algo que ya estaba en el expediente hace mucho tiempo".
Por su parte TVN, que recibió crédito y atención mundial luego del informe, reconoció en un comunicado los reclamos de la familia Allende. "Llamamos a reconocer y validar el proceso iniciado por la Justicia chilena (...) es necesario hacerlo sobre los restos y las evidencias propias de la exhumación, con un procedimiento serio, informado y con las pausas reflexivas que el formato televisivo no entrega", indicó uno de los apartes de la nota.
Los deseos de justicia y verdad
Aunque no sólo las pruebas que aportó TVN, sino gran parte de los detalles que componen las tres teorías reposan en el expediente del juez Carrioza, la autopsia definitiva de Allende no pondrá punto final a su caso, le dará, en cambio, rumbo al proceso que pretende juzgar a los culpables de la Toma de la Moneda y de cientos de crímenes que habría ordenado en su momento la dictadura de Augusto Pinochet.
La investigación sobre la muerte del ex presidente Allende es apenas un enunciado en la lista de miles de casos que, 38 años después, se podrían esclarecer.
El pasado 2 de junio, la Justicia chilena aceptó el pedido del Partido Comunista de abrir una investigación alrededor del deceso del Nobel Pablo Neruda, militante de esa colectividad y quien falleció 12 días después del golpe. La versión oficial, de 1973, atribuye la muerte a un supuesto cáncer; mientras que Manuel Araya, su chofer personal, al frente de la reciente denuncia, asegura que el poeta fue asesinado.
Andrés Guevara Borges

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