Público, - 3 Agosto 2011
D. B. Madrid 03/08/2011
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) denunció ayer que el alcalde de Poyales del Hoyo (Ávila), Antonio Cerro, del PP, acudió el pasado domingo junto con un guardia civil y un juez de paz al cementerio de la localidad para exhumar los restos de 10 víctimas de la represión franquista que habían sido trasladados allí en 2002 por sus descendientes para poder homenajearles. Los huesos, que reposaban bajo una lápida de mármol con una paloma de la paz, fueron arrojados a la fosa común del cementerio.
Los restos de las diez víctimas, entre las que hay cuatro mujeres, fueron llevados por los arqueólogos de la ARMH en 2002 y en 2010 desde dos fosas comunes de Candeleda (Ávila), tras la localización de las fosas donde habían sido fusilados. El Ayuntamiento les otorgó en 2002 un permiso de uso de ese espacio durante un periodo de 10 años. Sin embargo, el actual alcalde decidió por las bravas acabar con el homenaje sin avisar a las familias, según la denuncia.
Las primeras víctimas trasladadas en 2002 al cementerio fueron tres mujeres de 26 43 y 53 años que fueron fusiladas por un grupo de falangistas en diciembre de 1936. Eran, de mayor a menor, Virtudes Punte, Pilar Espinosa y Valeriana Granada. Los otros siete enterrados en Poyales del Hoyo también están identificados.
La familia de una de las víctimas había manifestado su intención de trasladas los restos a otro cementerio junto con el resto de la familia. El alcalde usó esta excusa para desmantelar el homenaje. La ARMH estudia el método seguido por el alcalde y exige al PP que tome medidas por “la falta de humanidad” de su afiliado con las víctimas de la violencia.
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