Lunes, 10 de Octubre de 2011 17:57
(AW) Una joven de 18 años fue trasladada al
Hospital de Formosa para ser operada de apendicitis. Allí falleció pero
los integrantes de la comunidad descubrieron que la mujer tiene 3
cortes en el estómago, 6 en la garganta y demás signos que no se
corresponden con una intervención habitual de apéndice. Indignación en
la comunidad.
La joven fue acompañada al hospital por su esposo con el que
tiene dos hijos de 4 y 6 años, apenas hablan castellano ellos. Ayer
volvieron en la ambulancia, el hombre con la mujer fallecida. La
comunidad tiene por costumbre revisar el cuerpo porque ya ha sucedido
que los llevan por una cosa pero les envían de vuelta los cuerpos con
cortes, suturas brutales, y vacíos por dentro, lo que no se
corresponden con los motivos por los cuales acudieron a consultar.
En
este caso la mujer tiene 3 cortes en el estómago, esta cocida
brutalmente como si fuera una el acordonado de una zapatilla, dijeron, y
además tiene 6 cortes en la garganta. Adentro el cuerpo está vaciado.
En el último tiempo es el segundo caso que sufre la comunidad así. Que
también se ha dado de tal forma en la zona en la comunidad Wichí que
ocupa el Barrio de las 50 viviendas en Ingeniero Juárez. Y es algo
habitual que suceda con personas de las Comunidades indígenas.
La
gente que padece esto es gente que mantiene su vida con el monte
conserva el idioma Wichí, y el arraigo a la tierra que detentan los
poderosos. Se da a difusión para que tomen cartas en el asunto
organismos y personas que puedan hacer las correspondientes gestiones
para la denuncia y el esclarecimiento.
Estas prácticas se
perpetúan por el terror y el miedo, son parte del plan sistemático de
exterminio indígena y el trato inhumano al que son sometidos. Nada peor
que estas cosas les pueden hacer ya ni nada más de esto podemos
permitir.
Hay pruebas, testigos, valor de las comunidades para
denunciar, falta quien tenga acceso a viabilizarlas que lo lleve a
fondo, denuncie, cesen este tipo de prácticas sistemáticas, avaladas
hasta ahora por todos los que tienen conocimiento y lo dejan pasar, así
como por los partícipes, que los hechos se esclarezcan paguen los
responsables.
Y sobre todo haya juicio y castigo a los
responsables políticos y materiales, de que estas prácticas sistemáticas
se mantengan, para que nunca más vuelva a suceder. Si no es de esa
forma estamos librados a la justicia por mano propia, porque el miedo y
el silencio ya está visto que no es solución, y el detener tanto
atropello es una necesidad que de un modo u otro se va a dar.
Cuánto
daño más y este tipo de cosas, como todas las muertes por causas
evitables, que en Argentina son 25, no número, sino niños, mujeres,
ancianos, personas, seres humanos, seres vivos, tierra, agua, aire,
energía, como todos, y más, con espíritu indio, cultura, idioma,
arraigo; y por la inhumanidad con que se trata a los excluidos del
sistema, que son personas, que lo tienen en su poder, imputable, son
ricos, ambiciosos, sin escrúpulos, que detenta no solo la tierra como
mercancía, sino a las personas comerciando hasta con sus órganos
vitales.
Las organizaciones de médicos deben repudiar estos
hechos, investigar internamente y denunciar por sí también, ensucian su
profesión, porque se llevan a cabo en complicidad con colegas suyos
corruptos, que con las prácticas que realizan no pueden ejercer y debe
ser procesados.
El silencio es complicidad y no puede ser que no
se hayan enterado de este tipo de cosas, y que si lo han hecho se
naturalicen, y se dejen pasar, eso es complicidad, entre médicos y quien
sea que tenga conocimiento y que guarde silencio, ni que no haya en
torno a estos criminales, gente honesta que tome contacto y haga las
denuncias. Este tipo de prácticas se lleva a cabo con la complicidad de
muchas personas que no merecen ni los buenos días, ni que le peluquero
les corte el pelo, ni el verdulero les venda fruta, no merecen llamarse
humanos, mucho menos médicos, funcionarios, o lo que sea que participa
de estos hechos para que continúen sucediendo.
Dos niños han
perdido a su mamá, la Comunidad Wichí llora, todos lloramos, de dolor y
de rabia, nos hagan lo que nos hagan, no podemos callar ni dejarlo
pasar, para que esta situación se siga perpetuando y seguir llorando y
doliéndonos por lo que perfectamente se puede evitar y tiene
responsables con nombre y apellido que si dejan de ser impunes ya no
podrán.
Francisco Fabricio Díaz. Contacto, la línea es personal y
se ruega si van a llamar que carguen crédito para no dejar
incomunicados, y si hacen notas, que reenvíen para reenviar: 03717
15361943
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