1 febrero 2012
Rusia
no debe bloquear los esfuerzos internacionales por abordar la violencia
y las violaciones de derechos humanos que están teniendo lugar en
Siria. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, en plenas
negociaciones para lograr una resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU sobre Siria.
Las autoridades rusas han amenazado con vetar la resolución si se somete a votación.
Rusia
fue uno de los miembros del Consejo de Seguridad que bloquearon una
resolución previa sobre Siria el 4 de octubre de 2011. Según los
informes recibidos por Amnistía Internacional, más de 2.600 personas han
muerto violentamente en el país desde entonces.
“La amenaza de
Rusia de abortar por segunda vez una resolución vinculante del Consejo
de Seguridad sobre Siria es de absolutamente irresponsable. Rusia tiene
una importante responsabilidad por permitir que la brutal represión de
la disidencia legítima en Siria continúe sin control”, ha manifestado
José Luis Díaz, representante de Amnistía Internacional ante la ONU en
Nueva York.
“Rusia debe trabajar con los demás miembros del
Consejo de Seguridad para aprobar una resolución enérgica y legalmente
vinculante que ayude a poner fin de una vez por todas al derramamiento
de sangre y a las violaciones de derechos humanos en Siria.”
Como
el principal suministrador extranjero de armas del gobierno sirio,
Rusia, según los informes, ha seguido enviando armas al país durante las
últimas semanas, incluso mientras los observadores de la Liga Árabe
informaban sobre las constantes violaciones de derechos humanos
cometidas por las fuerzas de seguridad sirias.
Amnistía
Internacional ha pedido que la resolución del Consejo de Seguridad
remita el deterioro de la situación en Siria al fiscal de la Corte Penal
Internacional (CPI), imponga un embargo de armas a Siria y congele los
activos en el extranjero del presidente Bachar el Asad y otros altos
cargos.
El nuevo borrador de resolución se basa principalmente en
una resolución adoptada por la Liga Árabe el 22 de enero, tras la
presentación del informe de la misión de observadores enviada a Siria en
diciembre de 2011.
El texto de la Liga Árabe pedía, entre otras
cosas, que las autoridades sirias y la oposición entablaran un diálogo
político serio en el plazo de dos semanas sobre cuestiones tales como la
formación de un gobierno de unidad nacional, la restauración de la
seguridad y la reorganización de la policía.
También pedía que el
gobierno de unidad nacional estableciera una comisión independiente
encargada de investigar las violaciones de derechos humanos cometidas
contra la población siria y garantizara que los responsables comparecen
ante la justicia.
Las autoridades sirias han rechazado esa propuesta.
Aunque
el último borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU es
un paso en la dirección correcta, no pide la congelación de los bienes,
la remisión de la situación de Siria a la CPI ni un embargo general de
armas.
Amnistía Internacional ha concluido que en Siria se están
cometiendo crímenes de lesa humanidad, la misma conclusión a la que
también llegó hace meses una comisión internacional e independiente de
investigación nombrada por la ONU. El borrador de resolución no refleja
el llamamiento explícito de dicha comisión de que se investigue de
manera independiente e imparcial a todos los presuntos responsables de
tan graves crímenes.
“Resulta alentador que el Consejo de
Seguridad de la ONU esté finalmente dispuesto a emprender acciones para
abordar la crisis de Siria. Pero el borrador no aborda todos los
requisitos”, ha manifestado José Luis Díaz.
“Tras más de 10 meses
de una campaña gubernamental de homicidios, detenciones arbitrarias,
tortura y desapariciones forzadas, los esfuerzos del Consejo de
Seguridad por poner fin a la crisis deben contar, como elemento central,
con mecanismos claros de rendición de cuentas.”
“El Consejo de
Seguridad debe ahora remitir la situación, cada vez más deteriorada, de
Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional, congelar los bienes en
el extranjero del presidente Bachar el Asad y sus principales asociados,
e imponer un embargo de armas.”
Amnistía Internacional pide
también que se permita a los observadores internacionales de los
derechos humanos –incluidos los de organizaciones de derechos humanos
como la propia Amnistía Internacional– acceso completo y sin
restricciones a Siria para informar sobre crímenes de lesa humanidad y
otros abusos contra los derechos humanos, sean quienes sean los
responsables.
Notas para periodistas:
* José Luis Díaz,
representante de Amnistía Internacional ante la ONU en Nueva York, está
disponible para entrevistas desde Londres sobre Siria y el Consejo de
Seguridad de la ONU en los próximos días.
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